Una gran parte de lo que Ethereum (principalmente —pero no solo— la capa de aplicación) está construyendo hoy en día está sostenida por excusas, enormes suposiciones de confianza manipuladas y una captura narrativa impulsada por el capital riesgo. Necesitamos L2 centralizadas por las "ruedas de entrenamiento". Necesitamos proxies mejorables controlados por unas pocas claves que posee alguna fundación o cabal multisig. Necesitamos configuraciones de confianza, secuenciadores de confianza, comités de confianza, consejos de confianza, lo que sea que esté de moda este año. Nos dicen que no podemos tener privacidad incondicional y consagrada por la L1 porque los reguladores podrían ponerse nerviosos o montar una rabieta. Siempre es más tarde. Siempre pronto. Siempre después de pedir permiso a personas que odian fundamentalmente este espacio. Este camino convierte a Ethereum en el puto chico de soja de las criptomonedas. Seguro. Cumpliente. Me disculpo. Agachada, esperando que las instituciones no lo golpeen demasiado mientras finge que todo esto forma parte de algún gran plan maestro. ¡Chicos, esto no es la forma de cambiar el mundo! Deberíamos ser los _radicales_. Menos tonterías. Menos actores de confianza. Menos puntos de estrangulamiento centralizados "temporales" que de alguna manera _nunca_ desaparecen. La privacidad por defecto, no como una característica especial que debas justificar en una entrada de blog. Neutralidad creíble que realmente signifique algo. Si el sistema solo funciona cuando todos se comportan bien y los reguladores sonríen, entonces no está descentralizado. Es un puto teatro. ¡Ethereum debería asustar a la gente otra vez!