A los socialistas les encanta afirmar lo fácil que es dirigir una empresa rentable sin crear nunca una, sin arriesgar capital ni asumir la responsabilidad de los resultados. Insisten en que los CEOs son reemplazables, la gestión es trivial y los beneficios son automáticos. Sin embargo, ninguno de ellos se apresura a fundar empresas, socavar a la competencia o demostrarlo. Porque en realidad no creen lo que dicen. Si construir y mantener una empresa rentable fuera fácil, lo harían en lugar de exigir control sobre lo que otros construyen. Fingir que la creación es sin esfuerzo es solo una forma de justificar la confiscación sin tener que producir nada ellos mismos.