"Luxo Jr. sacudió toda la industria—a todos los rincones de la animación por ordenador y la tradicional. En aquel momento, la mayoría de los artistas tradicionales temían al ordenador. No se dieron cuenta de que el ordenador era simplemente una herramienta diferente en el kit del artista, sino que lo percibían como un tipo de automatización que podría poner en peligro sus empleos. Por suerte, esta actitud cambió drásticamente a principios de los 80 con el uso de ordenadores personales en casa. La liberación de nuestro Luxo Jr. . . . reforzó este cambio de opinión dentro de la comunidad profesional." —Edwin Catmull, Animación por ordenador: Un mundo completamente nuevo, 1998