Construir debe funcionar como conducir: existen normas (razonables), que se aplican si se incumplen. Sin permiso previo. Si rompes las normas, te multan. Si rompes mal, pierdes el derecho a construir. Si haces daño a alguien, eres responsable—penalmente si es negligente. Lleva un seguro para cubrir accidentes.
No necesitamos permisos cada vez que conducimos, y no deberíamos necesitar permisos cada vez que construimos.
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