Sobre ese video que dice a las tropas que “se nieguen a cumplir órdenes ilegales.” Vamos a desglosarlo. El discurso en el Congreso es casi intocable. Lo saben, se esconden detrás de él y se regocijan en ello. Pero luego alcanzaron algo que no debieron haber tocado: el grito de guerra naval “No abandones el barco.” Y aquí está la parte que esperan que nadie recuerde: Eran las últimas palabras del Capitán James Lawrence, mortalmente herido en la cubierta del USS Chesapeake, desangrándose mientras el fuego de mosquete atravesaba a su tripulación y los marineros británicos abordaban su barco. Lo dijo mientras lo llevaban abajo, incapaz de mantenerse en pie, sabiendo que la batalla estaba perdida, y negándose a rendirse de todos modos. NO era un consejo. Era desafío ante la aniquilación. Así que el mensaje cambia. Lo que sonaba como un recordatorio cívico inofensivo se convierte en una orden de batalla. El tono cambia de “sigue la ley” a algo que huele a resistencia preseleccionada. Así es como la gente lo interpreta, y por qué sonaron tantas alarmas. Ahora los mismos legisladores están corriendo hacia las cámaras, insistiendo en la pureza de sus motivos, afirmando que son la última línea de defensa de la Constitución. Pero aquí está la verdad que no quieren enfrentar: El ejército no está sufriendo una crisis de obediencia. Y cuando miles de miembros del servicio rechazaron órdenes ilegales reales hace solo unos años, fueron purgados, sin ningún apoyo de las caras en ese video. Las palabras que citaron nacieron en humo, sangre y roble astillado. Era un comandante moribundo exigiendo a sus hombres que lucharan hasta el último aliento. Así que cuando los legisladores toman ese grito para enmarcar su mensaje, deja de ser una lección cívica y se convierte en un llamado a la lucha en el campo de batalla. Y ese no es su teatro para jugar. Si usas un grito de guerra, no actúes sorprendido cuando la gente escuche guerra en ello. Y sí, esta pintura es una representación artística del momento exacto en que Lawrence pronunció esas palabras. Y ciertamente no se parece a los pasillos del Congreso.👇