Nadie sabe menos sobre el socialismo que las personas que lo alaban desde países que no lo han probado. En teoría, piensan que significa atención médica gratuita, alquiler barato y vecinos amables que hornean pan para los demás. En la práctica, significa la fila del pan, el estante vacío y el vecino que lo entrega para hornear sin permiso. Imaginan el socialismo como una mejora moral del capitalismo y un sistema de compasión sobre la codicia. Pero no es la compasión lo que impulsa la producción, es el incentivo. Bajo el socialismo, cuanto más trabajas, más te castigan, porque el esfuerzo produce lo que otros afirman como "necesidad". Bajo el capitalismo, se asciende creando valor para los demás; Bajo el socialismo, te hundes a menos que aprendas a mendigar u obedecer. El socialista estadounidense lucha contra multimillonarios imaginarios desde su iPhone, financiado por el mismo sistema de ganancias que desprecia. Piensa que el socialismo significa comodidad sin consecuencias. Lo que realmente significa es obediencia sin recompensa donde muere la ambición, gobierna la mediocridad y la envidia se convierte en ley.