Uno de los mayores problemas al contratar jugadores de clase B es que la investigación y las discusiones de alta calidad requieren una confianza absoluta entre las personas en la sala. Desafortunadamente, los jugadores de clase A identificarán rápidamente los eslabones más débiles y perderán la confianza, incluso cuando la idea en sí sea buena. En los debates, dependemos en gran medida de la reputación y la credibilidad de los participantes. Hay una gran diferencia entre escuchar la frase "Creo que esta conclusión es incorrecta" de un jugador de clase A en comparación con escucharla de un jugador de clase B. Esa es otra razón por la que es tan importante centrarse en contratar a personas excelentes.