Hay dos falacias con este argumento de Caraballo, que se escuchan constantemente. 1) Los bloqueadores de la pubertad para la pubertad precoz retrasan la pubertad hasta su hora óptima de inicio, resolviendo una enfermedad física con medidas objetivas. Mientras que los bloqueadores para la disforia de género tratan una enfermedad psicológica solo con medidas subjetivas y autoinformadas y retrasan la pubertad más allá de su hora óptima de inicio. Los impactos neuropsiquiátricos de hacerlo siguen siendo desconocidos. 2) Prácticamente todos los menores que empiezan a usar bloqueadores para la disforia de género después toman hormonas cruzadas. Así que decir que a un niño se le ha puesto bloqueadores con este propósito equivale a decir que le están poniendo hormonas de sexos cruzados, que tienen efectos poderosos e irreversibles y, en algunos casos, pueden dejar infértil al individuo.