Tuve una conversación con alguien con quien me encontré anoche en Bangalore y que fue mi buen amigo hace algunos años. Ya no hablamos. No porque discutiéramos o pasara algo dramático. Solo porque nos dimos cuenta de que nuestra idea de amistad era completamente diferente. Pensaba que la amistad significaba estar presente cuando las cosas se ponían difíciles. Ser honesto incluso cuando es incómodo. Invertir tiempo y energía en el crecimiento del otro. Pensaba que la amistad significaba quedar cuando le venía bien. Dando me gusta a las publicaciones del otro. Estar ahí para los buenos momentos pero desaparecer cuando la vida se complica. Ninguno de los dos estaba equivocado. Solo queríamos cosas diferentes de la relación. Esa conversación me hizo darme cuenta de algo que llevo años evitando. Que la mayoría de la gente a la que llamas amigos en realidad no lo son. Son simplemente personas que conoces. Colegas. Conocidos. Personas con las que compartes espacio pero no la vida. Los amigos de verdad son raros... > Los que aparecen cuando estás en tu peor momento > Que te dicen la verdad cuando todos los demás son educados > Que invierten en ti sin esperar nada a cambio > Que celebran tus victorias sin celos > Quédate durante tus pérdidas sin juzgar Ahora puedo contar a esas personas con una mano. Y estoy bien con eso. Estoy escribiendo esto mientras estoy sentado con dos de mis amigos de la infancia en Bangalore ahora mismo. Estos son los que realmente acudieron y los que han estado ahí en todo momento. Porque prefiero tener 3 amigos de verdad que 300 personas con las que finjo. Para mí, lo difícil es aceptar que algunas personas que pensabas que estaban en ese círculo en realidad no lo están. Y esa claridad duele mucho en los primeros días. Algunas personas están destinadas a estar en tu vida para siempre. La mayoría no lo hace. Y cuanto antes entiendas la diferencia, mejor protegerás tu energía y la invertirás donde realmente importe. Deja de llamar amigos a todo el mundo solo porque los conoces desde hace años y sé honesto sobre quién está realmente ahí para ti y quién simplemente está ahí. La diferencia te ahorrará años de decepciones.