Y como Daniel, Me encuentro en la guarida del león. Donde la oscuridad rodea y lo intenta Que me engulla. Donde las sombras se ciernen sobre mí, burlándose y burlándose de mí. Y yo me quedé allí, en medio de todo. Por miedo a que vuelva a ser consumido junto al abismo del que huí tan desesperadamente. Pero entonces, un pequeño rayo de luz, como el de un Un tejado deteriorado brilla en la oscuridad. La luz me llama con cariño, "Concéntrate en mí, hija mía, no en el dolor, ni el miedo, ni la oscuridad. Concéntrate en la luz, concéntrate en mí." Incluso en la oscuridad, la Luz del mundo está conmigo.