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Masacre de avestruces en Columbia Británica: ¿qué ha pasado?
Varios cientos de avestruces han sido ejecutadas de manera inhumana en el oeste de Canadá, a pesar de la oposición de algunos políticos e incluso del secretario estadounidense de Salud, Robert F. Kennedy Jr.
¿Por qué todos los ojos están puestos en una pequeña granja de Columbia Británica? La respuesta es escalofriante: recientemente, el gobierno canadiense ha ejecutado a cientos de avestruces sanas, lejos de los ojos de sus propietarios, en total oscuridad y de manera inhumana.
Universal Ostrich Farm, dirigida por Karen Espersen y Dave Bilinski, ha criado estas aves durante años. Inicialmente destinadas al consumo humano, sus huevos ahora se utilizan para la investigación sobre terapias antivirales, lo que confiere a este asunto un importante interés científico y público.
Todo comenzó en noviembre de 2024, cuando la granja experimentó un brote de gripe aviar, matando aproximadamente el 15% del rebaño.
Una mortalidad baja, que sugiere una cepa poco virulenta. Sin embargo, en diciembre, después de recibir una información anónima, la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos (ACIA) se basó en dos pruebas PCR de cadáveres para ordenar el sacrificio total, sin probar a las avestruces vivas.
A los propietarios se les prohibió cualquier prueba independiente, bajo pena de fuertes multas y prisión.
A pesar de varios recursos judiciales y la mediación internacional del caso —incluidas las intervenciones de Robert F. Kennedy Jr. y Ezra Levant—, la Corte Suprema finalmente dio luz verde a la ACIA. En la noche del 6 de noviembre, aproximadamente 330 avestruces sanas fueron sacrificadas, mientras sus propietarios intentaban, en vano, protegerlas.
Hoy, muchas preguntas permanecen: ¿representaban estas avestruces una amenaza para la industria farmacéutica, especialmente después de que la administración Trump revocara una subvención de más de 700 millones de dólares a Moderna para priorizar la investigación sobre terapias antivirales —precisamente aquellas para las que se utilizaban los huevos de avestruz?
¿O el gobierno canadiense quiso evitar una pérdida de credibilidad ante un caso que se había vuelto demasiado internacional? ¿Qué se dijo y decidió realmente detrás de las cortinas del poder? Eso es lo que intentaremos desmitificar en las próximas semanas.
Este caso quedará grabado como un símbolo de violación del derecho de propiedad y de ataque a la libertad científica. Llama a una reflexión urgente sobre la transparencia y la ética en la gestión de crisis animales y científicas.
@ThevoiceAlexa
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