Como apunte interesante a esta discusión, observa que esto significa que ser Woke y adoptar su orientación de victimismo es, en última instancia, un mecanismo de defensa psicológica como extensión de una psicopatología funcional. El woke es básicamente mirar la propia falta de éxito en el mundo y proteger el ego para que no crea algo como "debo ser un desastre en lo que hago" concluyendo, como el director Skinner, "No, yo no soy el que es malo; La sociedad es una gran conspiración que mantiene a gente como yo abajo." En lo psicopatológico funcional, esto no es un estado innato de pensamiento ni el resultado de estar fundamentalmente roto. Es un comportamiento desadaptativo aprendido para externalizar el control, por lo tanto, culpa por falta de mayor éxito, y es tóxico como el demonio, literalmente funcionalmente psicopatológico. Esto explicaría por qué el pensamiento woke tiende a tender y aumentar cuando hay una percepción de movilidad descendente en una generación emergente (si esa percepción está justificada o no es otra cuestión, pero solo la percepción es necesaria). En circunstancias de baja movilidad, sean justas o no, una conclusión que una persona podría sacar por su falta de éxito es más o menos "soy un desastre", que puede ser canalizado por las ideologías woke hacia una externalización desadaptativa del control, y por tanto de la culpa, que cree que la sociedad está organizada en una conspiración invisible contra "gente como tú", normalmente culpando a algún grupo que puede ser considerado chivo expiatorio, como blancos, ricos, judíos o comunidades de inmigrantes exitosas. El woke como un mecanismo tóxico de defensa psicosocial contra la responsabilidad (especialmente cuando las circunstancias son realmente injustas o poco equitativas) tiene sentido, ¿no?