Para ser sincero, habiendo recorrido todas las montañas rusas del cripto desde 2015, este es el primer mercado bajista que no me asusta de verdad. Claro, mirar mi cartera todavía duele—ese es el destino de cualquier mercado bajista. Pero esta vez es fundamentalmente diferente. En todos los mercados bajistas anteriores, existía un temor existencial de que esta tecnología y este mercado pudieran desaparecer por completo. La amenaza parecía real: los gobiernos podrían unirse para prohibir por completo los criptoactivos, o podría surgir alguna nueva tecnología global de registro para reemplazar por completo a la blockchain. Pero independientemente de las oscilaciones diarias de precios, este mercado bajista no conlleva ninguna de esas preocupaciones fundamentales. La regulación global está evolucionando para fomentar el crecimiento junto a la industria en lugar de reprimirlo. Cada vez más inversores institucionales reconocen el valor de esta clase de activos. El hecho de que el IBIT represente la mayor posición en la cartera de dotaciones de Harvard es altamente simbólico. Las métricas de stablecoin baten nuevos récords cada mes. Para 2030, la emisión de stablecoins habrá crecido decenas de veces respecto a los niveles actuales. Miles de millones de personas en todo el mundo obtendrán exposición a activos digitales no a través de exchanges, sino mediante aplicaciones fintech y tecnológicas cotidianas. Todo se está tokenizando. La prosperidad del ecosistema on-chain ya está predeterminada. Los ciclos son temporales, pero los fundamentos avanzan de forma irreversible. Tengamos paciencia y esperemos un poco más. No tardará mucho en que los precios se recuperen y alcancen estos fundamentos.