Hay una demanda insaciable de experiencias super-premium. No parece que haya un límite real a lo que la gente pagará por algo que se siente singular. "Las personas ricas están pidiendo más y más porque pueden conseguirlo todo, así que quieren algo aún más especial. En el Super Bowl, ve a Tiffany's, consigue un balón de fútbol azul, recibe una charla de Peyton Manning, camina por el campo antes del partido y sal con un equipo. Y por eso voy a pagar $300,000. En cada categoría hay primas y la gente paga locuras."