Este metraje en crudo en un restaurante Hooters plantea una pregunta brutal para los departamentos de policía en todas partes: ¿política o realidad? En la búsqueda de la diversidad, muchas agencias prohíben emparejarse en función del género o del riesgo físico. En teoría, suena noble. ¿Pero en la calle? La seguridad operativa es lo primero. Si las políticas dejan a los oficiales en desventaja y prolongan confrontaciones inseguras, entonces la política, no el público, es lo que necesita ser corregido.