"Hacer algo que la gente quiera" suena obvio, pero no hacerlo es el error más común que cometen los fundadores. Explicé por qué lo hice en el ensayo donde acuñé el término. No entendía el mercado para el que estaba construyendo, así que estaba equivocado sobre lo que quería.
Este error es particularmente común entre los fundadores más jóvenes, que son menos propensos a tener experiencia personal en diferentes mercados. Lo que a su vez es la razón por la que les aconsejamos que construyan cosas que ellos mismos deseen. Si ellos son el mercado, no pueden estar equivocados sobre lo que quiere.
Pero con las startups, la frase significa más que simplemente "no te mientas a ti mismo sobre el mercado." En una startup bien gestionada, el desarrollo del producto es una especie de experimento para descubrir las verdaderas necesidades de los usuarios. Por eso les decimos a los fundadores que lancen rápido, por ejemplo.
La buena noticia es que, si logras evitar este error, casi lo has conseguido. Si tienes éxito en crear algo que la gente quiera, los errores restantes son casos marginales.
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