La gente siempre pregunta por qué los europeos son más delgados que los estadounidenses. Podría ser por la comida. Europa utiliza el principio de precaución: si un ingrediente puede dañarte, lo prohíben. Las empresas deben probar la seguridad primero. EE. UU. hace lo contrario: los ingredientes son permitidos hasta que el daño sea innegable, a menudo décadas después. Por eso Europa ha eliminado cosas como cultivos con alto contenido de OGM, bromato de potasio en el pan y pollo lavado con cloro. Diferentes filosofías alimentarias = diferente comida.