Una cosa que realmente entendimos en cripto es que la narrativa política destinada a lograr claridad regulatoria (seguridad nacional, economía) no es en realidad una narrativa omni muy buena o convincente para una nueva tecnología. Hicimos un trabajo decente al dirigir el mensaje político (América debería ganar en cripto porque no quieres que otros gobiernos controlen las futuras infraestructuras financieras, etc.) mientras intentábamos contar una historia más grande y emocionalmente resonante sobre lo que esta tecnología podría, en teoría, lograr para las personas/empresas en el mundo que sea mejor que el statu quo. Incluso si a veces nuestras afirmaciones estaban por encima de la realidad actual. La IA está dominada por las cosas que a la gente en el sitio web le importan, pero la historia no está escalando de una manera que inspire a las audiencias principales a nivel global. Lo cual es una pena porque, como señala Ashley, la utilidad de por qué esta tecnología es importante para nuestras vidas cotidianas es abundante. Y al igual que cripto, la IA se descarrila por voces nihilistas que acaparan todo el oxígeno (ver: "hacer trampa en todo"). Si en cripto hubiéramos tenido los puntos de prueba antes, podríamos haber enterrado esas voces con narrativas proactivas. La IA tiene los puntos de prueba, no hay razón para dejar que los constructores más mercenarios definan el futuro.