Jensen Huang sobre por qué la revolución de la IA será similar a la revolución industrial "Estamos produciendo algo por primera vez que nunca antes se había producido, y lo estamos produciendo en un volumen extremadamente alto. Y la producción de esta cosa requiere un nuevo instrumento que nunca existió antes: es una GPU. Y lo que estamos produciendo por primera vez son las fichas. Estamos produciendo números de coma flotante a gran volumen por primera vez en la historia. Y la razón por la que estos números de coma flotante tienen valor es porque es inteligencia". Jensen continúa: "Puedes tomar estos números de coma flotante y reformularlos de tal manera que se conviertan en inglés, francés, proteínas, productos químicos, gráficos, imágenes, videos, articulación robótica, articulación del volante... Así que ahora, el mundo va a producir una enorme cantidad de tokens. Y estos tokens se producirán en nuevos tipos de centros de datos, los llamamos fábricas de inteligencia artificial". Él compara esto con la revolución industrial: "En la última revolución industrial, el agua entra en una máquina, prende fuego al agua, la convierte en vapor y luego la convierte en electrones. Los átomos entran, los electrones salen. En esta nueva revolución industrial, entran electrones y salen números de coma flotante. Y en la última revolución industrial, nadie entendía por qué la electricidad era tan valiosa, pero ahora se vende y comercializa a kilovatios hora por dólar. Ahora tenemos millones de tokens por dólar. Y esa misma lógica es tan incomprensible para mucha gente como la última revolución industrial, pero va a ser completamente normal en los próximos 10 años. Estos tokens van a crear nuevos productos, nuevos servicios, una mayor productividad en una gran cantidad de industrias y cien billones de dólares en industrias además de nosotros". El principal problema que impide que la IA se vea afectada en muchos de estos casos de uso en este momento es la precisión, pero Jensen cree que esto se resolverá pronto. La forma de pensar en estos modelos, argumenta Jensen, es que la tasa de error se reducirá a la mitad cada seis meses a un año. Lo que significa que la precisión y la credibilidad se duplicarán a un ritmo más rápido que la Ley de Moore. "En todas las pruebas con las que medimos actualmente estos modelos, su tasa de error se reduce a la mitad cada seis meses. Y no hay ninguna razón por la que no debamos esperar que todo sea sobrehumano muy pronto". Fuente del vídeo: @stripe (2024)