1/10 Acabo de terminar de leer la historia de Sven Beckert sobre el desarrollo de la industria mundial del algodón. Es un poco repetitivo en sus tesis principales, y a veces un poco pesado, pero vale la pena leerlo para aquellos interesados en la historia del comercio y la política industrial.

2/10 Uno de los aspectos interesantes de estas historias económicas, y algo que los economistas académicos convencionales tienen tantos problemas para entender, es hasta qué punto los patrones comerciales y la ventaja comparativa no son "naturales", sino que surgen directamente de las políticas e instituciones.

3/10 Los comerciantes de algodón, escribe Beckert, "entendieron desde el principio que su comercio estaba profundamente arraigado en la política local, nacional y global. Entendieron instintivamente que el Estado no interviene en el mercado, sino que lo constituye".

4/10 Muestra que, excepto en el cultivo real de fibras de algodón (e incluso allí, no tanto como podría pensarse), no había nada "natural" en la ventaja comparativa en la producción de algodón. Eso, y las ganancias de productividad asociadas, fueron una creación de políticas e instituciones.

5/10 Más concretamente, la ventaja comparativa podría ser desplazada (sobre todo de la India) por políticas que limitaran o alentaran el cambio a estados más poderosos que quisieran beneficiarse del crecimiento mucho más rápido de la productividad asociado con el hilado y el tejido del algodón.

6/10 Los economistas solían estar obsesionados con la historia económica como fundamental para su comprensión del tema. Ya no lo son, y parecen evitarlo tanto como sea posible, probablemente porque no se puede leer la historia sin encontrar que los modelos económicos convencionales son cuestionables...

7/10 y, en el mejor de los casos, demasiado limitado, especialmente cuando se trata de comercio. No es porque estos modelos requieran suposiciones simplificadas para funcionar, sino porque solo pueden funcionar con suposiciones diseñadas para que funcionen, y estas suposiciones son erróneas con demasiada frecuencia.

8/10 El comercio está incrustado en instituciones políticas, legales, financieras y estructurales, y en un mundo en el que diferentes países eligen diferentes posiciones en la compensación entre la integración global y la soberanía nacional, el valor predictivo y analítico de estos modelos es bastante aleatorio.

9/10 India, por ejemplo, "eligió" la integración global (es decir, sus amos coloniales la eligieron por ellos) mientras que Inglaterra (y, más tarde, Francia y Alemania) eligieron formas muy duras de soberanía económica. No es difícil adivinar en qué dirección cambió el gran premio del hilado y el tejido de algodón.

10/10 En cualquier caso, para aquellos que deseen ver cómo se determinan los patrones comerciales, los desequilibrios comerciales, la ventaja comparativa y las ganancias de productividad en un mundo de estados poderosos, grandes actores globales y trabajadores débiles, este libro es bastante esclarecedor.