Los fundadores a menudo toleran un fracaso crónico lento en lugar de enfrentar elecciones agudas y dolorosas. En lugar de cerrar, pivotar o despedir a alguien senior que no está funcionando, siguen arrastrando las cosas durante meses o años. El dolor crónico en las startups se ve así: >> crecimiento plano que todos racionalizan como "todavía estamos en una etapa temprana" >> pista de aterrizaje que se encoge lentamente mientras esperan un milagro de financiación >> miembros del equipo que no rinden pero son "demasiado leales" para despedir >> un producto que los usuarios toleran pero no aman, mantenido vivo con descuentos o subvenciones El dolor agudo se ve así: >> confrontar a un miembro del equipo >> admitir que el producto está mal y pivotar hacia algo nuevo >> despedir al 40% del equipo para sobrevivir >> alejarse de los costos hundidos y reconstruir desde cero El instinto del fundador suele ser evitar el drama, la conversación difícil, la percepción de fracaso, incluso si eso significa desangrarse lentamente. Pero los fundadores que ganan suelen ser aquellos dispuestos a asumir ese golpe agudo, porque dejan de perder lentamente y se dan una oportunidad en una nueva curva.